miércoles, 4 de agosto de 2010

DETONANDO

Ahora sí, que saquen su arsenal escondido, que hagan gala de su poder. Que olviden el perdón y a la humanidad, que acaben con todo y con todos.

Basta ya de vivir con el temor. ¡Que lo hagan!, que se olviden del vecino, del amigo, de ellos mismos. Que sea la voluntad de algún valiente la que dicte un nuevo rumbo.

Es hora de darle a los hombres un nuevo mundo, sin vestigios del pasado, sin el peso de la historia, un mundo en el que se conjugue la absoluta destrucción con nuevas fuerzas creadoras.

Que la transformación llegue, que sean los elegidos por el azar los que refunden la humanidad. Que la destrucción absoluta sea la hacedora de nuevos instantes y que estos instantes sean productos del deseo.

Un nuevo mundo espera. No habrá leyes ni constituciones que sobrevivan al halo destructor que ellas mismas ayudaron a forjar.

lunes, 3 de mayo de 2010

Más de lo mismo...

Ahora andan diciendo que se necesita un cambio... ahora vienen a decirme que ese cambio es una figura excéntrica que tildan de genio... ahora vienen con nuevos colores, afanes y consignas... ahora andan diciendo que el futuro importa... que el poder se está construyendo en la virtualidad del FB... estas y mil pendejadas vienen diciendo regocijados por la histeria colectiva, producto del recuerdo de las nalgas autoritarias...

Que vaina rara... esos que sólo veían noticias y se lamentaban, o ni siquiera las veían, hoy resultan disfrazarse de grandes analistas para pronosticar la hecatombe, así como lo hizo otro con anterioridad... ahora se trata de montar al diferente... al que se disfraza, pela la nalga y se sale de los chiros...

Que manía extraña esa de cruzarse de brazos y pensar que el compromiso con el país y el mundo es ir el domingo señalado a rayar un papel y meterlo en una urna... Que maldita manía la de echarle la culpa a otro y esperar que un tercero arregle los desmadres cometidos...

Que maña maldita la de exigir un compromiso con el país y las grandes causas... quién carajos le ha dado el poder a estos y a otros que usan distintos colores de juzgar a los que ya no son sus iguales, a los que se han encerrado en el mundo de su propia desgracia... los afortunados que centran sus esperanza en un orgasmo, una buena comida, una buena borrachera y algún extraño y egocéntrico proyecto que aún no cuaja.

Que error más grande entregarle el poder a otro para decidir por dónde encaminar las vidas de tantos desgraciados que temen enfrentar el destino inevitable.

Y se de consignas se trata:

Hay que quemar el mundo... borrar el pasado y salir del círculo vicioso...

Democracia te perdonamos por no saber nada de lo que tus tristes hijos bastardos hacen en tu miserable nombre...

Ciudadanos del mundo alabad vuestra imaginación castrada... que sea otro el que os eduque y señale el camino... no merecereís la gloria

domingo, 2 de mayo de 2010

Crítica sin crítica.

“hemos deseado instaurar un gobierno que sea superior en crueldad a todas las tiranías criminales…”
El mismo de siempre, El mismo de Nunca.



Al sentarme a escribir estas tonterías iluminadas por mi triste lámpara de mesa, una epifanía me ilumina la calva y se cuelga de mi barba y me digo: el futuro tiene cara de lata porque seguimos repitiendo el pasado que desconocemos.

Hemos involucionado 50 tristes años, y comenzamos a preocuparnos por el color de nuestra camisa, y no por el triste color gris de nuestra soledad, que nos hace votar por la mayoría, por la masa, por la aceptación…

Hace 50 años, las balas volaban y los palos golpeaban porque una camisa roja, o munas medias azules se asomaban temerariamente en las plazas públicas. Hoy creemos que avanzamos, porque ya sin armas más que la temida voz del vulgo arrumado e incoherente, somos capaces de sacar corriendo entre 70 u 80 pela-gatos a tres tristes tigres que vestidos de naranja intentaban comprar votos por un futuro que no existe, con el ritmo rimbombante de un acordeón y unos cueros que buscaban llamar la atención de un pueblo que no piensa sino en qué pasará cuando la guerra se acabe. ¡Compréndalo! En este país del sagrado corazón no hay guerra, por lo tanto nunca se va a acabar algo que no existe. Lo que hay es un problema de falta de cultura, y no precisamente de la que propone “el profe”, sino de la que nos hemos librado haciendo de los colegios y las universidades espacios donde la conversación más profunda es sobre el fútbol, las novelas, o los simpsons. (Atención, no niego la misión altamente importante de los tres, reniego de los que seguimos hablando de lo mismo, como yo.)

Es triste ver como el nuevo roji-azul limitante de-mentes es el verde. No se sorprenda pero es el momento de pensar, no de tragar cuentos propuestos. Y no hablo que la respuesta no sea Mockus, hablo de que la respuesta no es Nadie. Sólo usted, sólo yo, no hablemos de nosotros porque entre nosotros lo único que hemos aprendido es a señalarnos como estúpidos que no se dan cuenta que un dedo que apunta, es un fusil que no humea.

Por lo tanto, como todos sabemos, y lo queremos negar como ciegos, es que esto no va a cambiar. ¿O es que usted va a dejar de robarse la señal de internet de cuanto modem pueda? ¿O acaso va a dejar de pedir rebaja en los buses? ¿O va a desaprovechar el papayazo de un teléfono, portátil, reloj, o cualquier otro artículo de mediano lujo, que se encuentre por la calle y lo va a llevar al CAI más próximo con la esperanza de que se lo entreguen a un invisible dueño? No me haga reír, usted y yo somos lo mismo. Descendemos de los mismos bárbaros, de los mismos cavernícolas que se mataban por un poco de fuego.

Somos pecadores, y deberíamos aceptarlo para empezar a expiar nuestras tristes culpas. Aquí no necesitamos una cabeza que piense por todos, un mesías que venga y nos arregle los problemas como plomero que llamamos por teléfono. Aquí lo que necesitamos es que nos enseñen, y tener deseo de prender.

Por favor, si va a defender un candidato, que no sea porque está de moda, tómese el trabajo de leer por lo menos las propuestas, y ahí si diga que lo defiende. Si no, ¿cuál es el problema con seguir el régimen? Hace 4 años nadie se lo preguntó, y siguió. Hoy usted pregúnteselo y critíqueme si quiere, pero por favor, ¡regálese 5 minutos para pensar! Que no piensen por usted, no sea imbécil.


"Mockus saca a Santos de la Javeriana" (¿?)

El sexo asexuado

“Lo sexual, en cierto sentido, es apenas el telón que se levanta para iniciar un drama entre dos cuyo escenario es el mundo, cuya historia es el destino”.
Gonzalo.

De seres racionales, pasamos a ser seres sexuales. Y de seres sexuales, próximos a la divinidad, pasamos a adorar falsos falos de oro, tetas plásticas en las cuales laten corazones duros como monedas de cuero.

Se nos olvidó el significado de una caricia que despierte las más bajas sensaciones, pero las más altas retribuciones, y aprendimos a ocultarnos entre los amoldados cuerpos al estilo de Christian Dior para que no vean el duelo que sufrimos por perder la memoria.

De reconocer en la pareja el encuentro lujurioso de un poema que no sabemos escribir y el eterno papel de una piel que se amolde a nuestras vidas, convertimos la cama en una mesa, un escritorio, y en los casos más tristes, el campo de batalla de una guerra que nunca se inicia y nunca se termina, de silencios vacíos y respuestas monosilábicas.

Traficantes de nuestro propio cuerpo, el cual vendemos al peor postor, porque si fuera el mejor, nunca le pondríamos precio.

Orgullosos de nuestras aventuras sexuales, y del número de camas visitadas, nos hemos vuelto tan tristes como una lata de coca cola en la caneca de la cotidianidad. Don Juanes virtuales, que en vez de satisfacer un deseo, queremos romper un record, intentándonos sentir vivos con el cadáver del sexo pudriéndose a nuestro lado.

¡Oh, orgulloso sexo! ¿A dónde has huido? ¿No te diste cuenta que con tu partida dejaste hombres y mujeres miserables y llenos de desprecio?

Espero que las hojas de mi calendario me permitan ver tu retorno, al lugar donde perteneces. No entre billetes sucios y sudados, o entre la soledad y la fatiga, sino en los corazones, de donde saliste para comprar cigarrillos, pero lo único que volvió fue el humo de tu ausencia.

lunes, 26 de abril de 2010

AQUÍ LA POESÍA, ALLÁ LA POLICÍA


"a Elmo Valencia"

Aquí habita el dios del trueno que ilumina nuestras blancas alas,
Allá la luz grandiosa es una vela de cien pesos.
Aquí no se perdona el silencio que allá se ordena,
Allá la voz reinante es la del tirano que nos causa risa.

En este lugar el cuerpo y el alma combustionan hasta crear una grandiosa explosión de versos,
En ese lugar se estremecen con los escatológicos rastros de doctrina que se fermenta en sus cabezas.
En este paraíso pordiosero no hay un dios más peligroso que mímismo,
En ese simpaticón galpón retórico defienden a los que se creen poderosos y son mendigos en mi reino.

Es allá donde Onán reina porque no hay con quién,
Es aquí donde se ríe y fornica en una hoja o servilleta o suela de zapato o campo
de maíz.

Aquí somos galaxias geniales que crean y caminan,
Allá una estrella o por mucho tres soles en sus hombros (¡pobres diablos!)

En su obscuridad son los pesos, y el de mucho peso, los que mandan,
En este escondido lugar, andando sin un peso, y hasta famélico o panzón, se es el
rey del mundo.

Por allá se respira el humo de un alma que se quema y queda en cenizas,
Por acá el alma arde para arrojar a las piras del olvido tratados sagrados.

Concluyendo:

A este lado los excesos nos hacen libres.
A ese otro, desde la tristeza de sus uniformes nos miran con la envidia y suspiran por sus mujeres... que nos desean.

Este y el otro lado son irreconciliables.



JANGAHE
Abril de 2004

Los ekisistas… (Génesis Ekisista)

Y desde los rincones de una vida agusaneada por coyunturas y cuestiones de compromiso, se ha fermentado el germen del arte, que renace en medio de la decadencia y la podredumbre de falsos profetas y caudillos, poniendo en su alma el juramento secreto y místico de servir a motivos egoístas y filantrópicos o exterminadores. De ese proceso químicoartístico se levantan como gusanos inmortales los artistas EKISISTAS que hoy le damos al mundo la oportunidad de temblar ante nuestra sorpresiva aparición y que sin pelos en la conciencia declaramos:

Que somos ante todo artistas hipócritas que vivimos con los demás dentro de la sociedad en la que luchamos por pasar inadvertidos sin alcanzar el éxito que realmente no anhelamos. Solemos sentarnos en el sillón papal con ideas geniales en la mano. Frente a un trozo de papel nos corrompemos, dejamos brotar nuestros pensamientos, eyaculamos ideas y nos masturbamos con la profundidad o estupidez de cada renglón o verso, sacamos el Mr. Hyde que llevamos dentro que se dedica a exaltar el amor y otras porquerías que no lo son.

Somos los hijos bastardos de poetas del pasado, somos pocos con el corazón y el espíritu y del pueblo desilusionado y burlesco. Nuestras letras son producto del asco que nos produce el amor y el amor que nos produce el asco. Reconocemos a la mujer y a la poesía como fuente inagotable de amor sin lujuria, de lujuria sin amor y en el más perfecto de los casos como una mezcla adictiva de ambos, dando como resultado el orgasmo cósmico que nos negó la naturaleza, porque nos aficionamos a otras cosas antes que a ella, que nos rechazó con un miedo virginal que le hizo imaginarnos escribiendo versos desnudos o haciéndole el amor a otra mujer que nos parecía más deseable.

Nos orgullecemos de ser ateos e ignorantes gramaticales, profetas de nuestro propio caos literario. Sólo creemos en la métrica del universo, los parámetros del espíritu y la musicalidad de un alma oscurecida, propia de un artista EKISISTA No pertenecemos a nada diferente a la vida y a los placeres carnales o espirituales que ella con las piernas y la conciencia abiertas está dispuesta a ofrecernos.

Somos los quijotes de la era internauta, creemos en la ciencia de la imaginación y en el amor, nos gustan las historias de magia negra en que los vampiros recorren los fríos asfaltos urbanos, protegiendo su malvada integridad con el manto nocturno tejido por la luna y su hija, quien al igual que nosotros alucina secretamente con el sensual brillo de su madre, deseando una incéstica, lésbica y selenita fornicación.

Hemos dejado junto a nuestra ropa interior, sucia y roída por el tiempo, la creencia en causas justas o injustas. En el pasado se quedó la internacional, el padre nuestro y el himno nacional; la pertenencia huyó cuando intentamos hurgarle entre las piernas y nunca más volvió a llamar o a escribir. Hemos dejado de desear cambiar el mundo, entendimos que es imposible invitarlo u obligarlo a que se destruya, se ignore o se corrompa, porque solito y sin ayuda ha encontrado ese camino. Tampoco podemos incitarlo a ser bueno, a amarse, a que busque la redención o que retome los santos caminos de alguna doctrina, el mundo ya se negó esa otra oportunidad. No nos queda más que reírnos en su cara de lo que es, de sus tradiciones, o de sus sueños.

Hoy el concepto de comunidad o la idea de una nueva sociedad no nos suena a nada diferente que masa amorfa y estúpida, que se confinó a la ignorancia o las causas perdidas. Los invitamos a quemar en la hoguera del desprecio al capital, la constitución, el catecismo y la biblia; los libros que se mancharon con sangre cuando le violaron al pueblo su buena voluntad. Ahora tiemblen porque somos gotas de tinta negra nacidas de una peligrosa nube de H2SO4 que caeremos como látigo espinoso para castigar de manera exquisita las mentes vestidas de gris o rosa por el sucio vicio de odiar la soledad del individuo y buscarla en doctrinas e “ismos” igual de ridículos.

Ahora que salimos de la guarida de las convenciones, atacaremos a traición la retórica y la política, la religión y el silencio. Cruzaremos el umbral de lo censurado, fornicaremos con nuestro arte, nos embriagaremos con el sentimiento mientras alucinamos y nos intoxicamos con cada verso o renglón que brote dentro de esta, nuestra lógica de poetas divertidos.

LOS POETAS EKISISTAS